Sobre la base mencionada (animales con electricidad), el alcalde de Magdeburgo, Otto von Guericke (1602-1689), desarrolló la primera máquina de electrificación por fricción. Como cuerpo de fricción se utilizaba una bola giratoria de azufre que, tras cargarse por fricción con un paño, atraía o repelía papel o plumas. 

El médico Christian Gottlieb Katzenstein fue el primero en utilizar estas máquinas electrizantes para la terapia médica. En 1745 escribió el libro "Tratados sobre el uso de la electricidad en farmacia". Una aplicación terapéutica de las máquinas de electrificación por fricción recibió el nombre de Benjamin Franklin (1706-1795) conocida como Franklinización. En ella, se producía un alivio del dolor mediante descargas eléctricas cortas dirigidas a determinadas partes del cuerpo.

En 1745, al mismo tiempo que el decano Kleist, el profesor Pieter van Muschenbroek descubrió una forma de almacenar brevemente la electricidad generada por las máquinas de electrificación utilizando la botella de Leyden (también conocida como botella de Kleist). En su interior, dos placas conductoras de la electricidad se enfrentan entre sí, lo que en principio es similar a los condensadores actuales. Debido a su elevada tensión soportada, se utilizan principalmente como condensadores de alto voltaje. 

A finales del siglo XVIII, el médico italiano Luigi Galvani descubrió que las corrientes eléctricas podían provocar contracciones musculares en las ancas de rana.

Con el paso de los años, la aplicación de la estimulación eléctrica a los músculos con fines médicos siguió evolucionando. Los investigadores empezaron a explorar el uso de la estimulación eléctrica con fines terapéuticos y de rehabilitación. Esto incluía el uso de la EMS para ayudar a pacientes con atrofia muscular y otros trastornos neuromusculares.

Y la EMS también se ha utilizado como forma específica de entrenamiento en deportes de competición desde finales de los años sesenta. En este contexto, sin embargo, la atención se centra principalmente en el aumento de la fuerza y la masa muscular. En la década de 1960, la tecnología EMS también se utilizó en EE.UU. y la antigua URSS en los viajes espaciales para mantener la masa muscular en ingravidez y en el ejército para mejorar el rendimiento de los soldados. En los años 70, la URSS fue el país que más medallas ganó en los Juegos Olímpicos gracias a la tecnología EMS. El comité olímpico antidopaje estuvo a punto de prohibir la tecnología EMS como droga estimulante. Pero como una forma natural de aumentar su fuerza y resistencia, con 20-25% no puede ser prohibido como nuestro cerebro hace esto de forma natural.

En los últimos años, sin embargo, la tecnología EMS se ha abierto camino en el sector del fitness y el bienestar. A partir de la aplicación local original de EMS, se ha desarrollado una nueva tecnología: el entrenamiento EMS de cuerpo entero (WB-EMS), en el que los chalecos de electrodos y los cinturones o esposas de electrodos permiten estimular simultáneamente varios grupos musculares del cuerpo en el sentido de un entrenamiento de cuerpo entero. Debido a su eficacia y eficiencia demostradas (gran efecto de entrenamiento con poca inversión de tiempo al mismo tiempo), el entrenamiento WB-EMS goza de una popularidad cada vez mayor en el sector del fitness y el bienestar.

El interés por la formación en SME está creciendo rápidamente. La tecnología se ha vuelto más avanzada, con nuevos dispositivos inalámbricos y portátiles que facilitan el entrenamiento. Además, los estudios han demostrado que la EMS puede ser eficaz para fomentar la fuerza muscular, la resistencia y la recuperación, lo que ha aumentado su popularidad en el sector del fitness.

Hoy en día, el entrenamiento EMS es una forma popular de ejercicio y rehabilitación, utilizada por atletas profesionales, entusiastas del fitness y personas que buscan mejorar su salud y bienestar general.